miércoles, 11 de marzo de 2009

Solo para iluminados


Hace muchos años ya, tuve la oportunidad de viajar, por primera vez en mi vida, a un lugar extranjero, un país de centro Europa. Bueno, en realidad fueron varios países. Todos los sitios eran preciosos. Todos los olores y los rincones y las imágenes quedaron grabadas en mi memoria con mucha nitidez. Cada rincón escondía algo excitante, alguna cara, algún momento de incertidumbre. Me parecieron miles los kilómetros recorridos y sin embargo cada jornada que pasaba viajando, era un aliciente para descubrir más cosas.
Con el transcurso del tiempo, la vida cambia y, por circunstancias variadas, me fui recluyendo en mi mismo hasta tal punto que un día no logré salir de mi habitación. Cada vez que intentaba moverme de allí, una terrible angustia y mucho dolor físico me recorría todo el cuerpo. Cada palmo de pasillo se convirtió en una trampa. Cada loseta era un acantilado. Me parecieron miles los centímetros recorridos y sin embargo no tenia aliciente para descubrir nada más.

Los objetos viajan. Algunos apenas unos pocos milímetros, otros metros, quizá kilómetros. Los hay que orbitan a un ritmo planetario. Los hay que giran tan rápido que parecen estar completamente quietos. De lo que no hay duda es de que en cada movimiento descubren su razón de ser. Te comprendo amiga lámpara.


Place Snatchers

martes, 10 de marzo de 2009

Espérame en el cielo


Ya lo cantaba Antonio Machín. Y con todo el cariño y adoración, este pequeño cartel indicador nos sugiere sutilmente, muy práctico y ecológico él, dónde podemos aparcar todos los vehículos que queramos. Aunque, quizás lo que nos esta recordando es el sitio en el que acabaremos todos todos todos "aparcados" (siempre y cuando seamos buenos y nos portemos bien, claro).

Place Snatchers

Adiós a los cuentos de hadas

La calabaza se ha cansado. De estética alternativa, rechoncha, berrugosa, fea para algunos y poco valorada para la mayoría (salvo para algún hada de guardia bastante despistada) ya no quería seguir siendo el vehículo en el que los príncipes y las princesas se escapan a una vida mucho más perdíz. Ahora es ella la que quiere que la lleven a otro sitio, y ahí la tenemos, acomodada donde el copiloto. A lo mejor es el momento de darle la vuelta a los cuentos, ella ya ha dado un paso, o mejor dicho, ha dejado de darlos.
Place Snatchers