miércoles, 11 de marzo de 2009

Solo para iluminados


Hace muchos años ya, tuve la oportunidad de viajar, por primera vez en mi vida, a un lugar extranjero, un país de centro Europa. Bueno, en realidad fueron varios países. Todos los sitios eran preciosos. Todos los olores y los rincones y las imágenes quedaron grabadas en mi memoria con mucha nitidez. Cada rincón escondía algo excitante, alguna cara, algún momento de incertidumbre. Me parecieron miles los kilómetros recorridos y sin embargo cada jornada que pasaba viajando, era un aliciente para descubrir más cosas.
Con el transcurso del tiempo, la vida cambia y, por circunstancias variadas, me fui recluyendo en mi mismo hasta tal punto que un día no logré salir de mi habitación. Cada vez que intentaba moverme de allí, una terrible angustia y mucho dolor físico me recorría todo el cuerpo. Cada palmo de pasillo se convirtió en una trampa. Cada loseta era un acantilado. Me parecieron miles los centímetros recorridos y sin embargo no tenia aliciente para descubrir nada más.

Los objetos viajan. Algunos apenas unos pocos milímetros, otros metros, quizá kilómetros. Los hay que orbitan a un ritmo planetario. Los hay que giran tan rápido que parecen estar completamente quietos. De lo que no hay duda es de que en cada movimiento descubren su razón de ser. Te comprendo amiga lámpara.


Place Snatchers

1 comentario:

Salomé dijo...

Pues si, pero es triste que solo pueda "viajar" hasta lo que el cable le permita. ¡¡Las ataduras de la vida!!